GENERAL GÜEMES UNA HISTORIA DE ESFUERZO, CONSTANCIA Y DESEOS
DE SUPERACIÓN
Rafael Alejandro Ríos (30), el canillita de Cabeza de Buey, se recibió de profesor en Tecnología. Solventó sus estudios vendiendo diarios. El joven, oriundo de la ciudad de General Gûemes, realizó grandes esfuerzos para completar su formación de nivel superior.
En 2003 ingresó a la carrera de Ciencias Económicas, pero una difícil situación familiar se convirtió en un escollo insalvable para avanzar en el camino que se había trazado. Sin embargo, sus ganas de superarse no se desvanecieron y decidió trabajar de canillita, junto a su hermano Raúl, para pagarse los estudios con la esperanzas de que éstos le abran nuevos horizontes.
“En 2007 me inscribí en el Profesorado en Tecnología, del colegio Amadeo Sirolli, de la ciudad de General Gûemes. Lo hice porque ofrecía un título con mucha proyección de futuro. Pero, a pesar de tratarse de un colegio nocturno dependiente del Ministerio de Educación, sin costo alguno, los gastos en fotocopias y otros útiles son elevados”, señaló Rafael.
Fue así que el joven estudiante se instaló en el peaje de la ruta nacional 34 Vial Noa, ubicado en Cabeza de Buey. Allí, se dedicó a la venta de diarios. “Por suerte vendía muy bien y pude costearme los estudios y ayudar a mí familia, integrada por mi mamá, tres hermanos y dos sobrinos. Mi papá falleció a fines de los 90”, recordó.
Al igual que en los últimos años, Rafael se sigue levantando todos los días a las 4.30. Trabaja de domingo a domingo. A las 5 retira los diarios y toma un colectivo en General Gûemes que lo deja en el peaje.
“Siempre pagué mi boleto. Entre las 6 y 6.30 comienza la venta de diarios. Trabajar y estudiar todos estos años fue muy sacrificado. Por esa razón, creo que mi título tiene un mayor valor”, reflexionó.
Durante el cursado de su carrera trabajaba hasta el mediodía, estudiaba por la tarde y asistía a clases por la noche. A las 23 regresaba a su casa de barrio El Cruce, para dormir entre cuatro a cinco horas antes de reiniciar de nuevo sus tareas cotidianas.
Una historia de esfuerzo
En el 2011, Rafael terminó de cursar las materias del Profesorado en Tecnología. Al año siguiente, se dedicó a rendir las asignaturas pendientes para luego obtener su título. “Tecnología ya no está en la currícula. Esto es algo que no entiendo, ya que todo en la educación moderna apunta precisamente a esta área, a través de la computación y otras áreas”, contó un tanto desilusionado.
Sin embargo, pese a este nuevo escollo no se rinde y sabe que debe seguir estudiando.
“Tengo que seguir capacitándome. Voy a especializarme en Electrónica, porque de esa manera podré enseñar en alguna escuela técnica. Por el momento obtuve algunas horas en un proyecto para dictar cursos de capacitación”, contó a El Tribuno el docente.
Sus planes de seguir capacitándose se le complican, porque el cursado en Electrónica es diurno y su necesidad de trabajo le exige las horas que podría utilizar en el estudio.
Seguramente Rafael encontrará la forma de hacerlo y de seguir transitando el camino de la superación.
Fuente: www.eltribuno.info