“Tini” Stoessel cantó ante una multitud en los bosques de Palermo porteños. Miles y miles de niñas y sus familias disfrutaron del show de la actriz que se proyecta como un fenómeno “teen”. A las cuatro y veinte de la tarde, cuando las pantallas montadas sobre el escenario pusieron en plano a Martina “Tini” Stoessel, se pudo ver el rostro nervioso de una adolescente de 17 años a punto de enfrentarse a una multitud. El cielo, que al mediodía había sido de un celeste perfecto, ya se veía recortado por una gran nube gris.
Frente al escenario montado en el Monumento a los Españoles, los bosques verdes de Palermo aparecían literalmente teñidos de “Violetta”. Apenas unos segundos más tarde, Martina pisaba el escenario y comenzaba oficialmente la Primera Juntada Tinista, un recital gratuito auspiciado por el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Entonces su rostro adolescente quedó atrás. “Valió la pena todo hasta aquí”, fueron sus primeras palabras, con el pelo rubio al viento mientras bailaba una coreografía eléctrica en su traje elastizado azul. UNA MAREA LILA Delante del escenario, las 300.000 personas presentes formaban una marea lila que agitaba sus banderas y levantaba sus carteles con consignas que se repetían: “Tini te amo”, “Tini sos una diosa”, “Tini: juntos somos más”. La peregrinación masiva hacia Palermo había comenzado temprano, incluso el jueves a la noche: los que habían llegado antes de las 10 de la mañana consiguieron lugar en el “VIP”: el espacio más cercano al escenario, con 12.000 sillas de plástico dispuestas para ser ocupadas por orden de llegada. “Vinimos a las 9 de la mañana y ya había 10 cuadras de cola, pero por suerte pudimos entrar” dijo Luciana, una mujer que llegó junto a Lara, su hija de 6 años, desde Don Torcuato. “Tomamos dos colectivos para venir, somos de Rafael Castillo. Es la primera vez que podemos verla”, dijo a su vez Valeria, que llegó a Palermo junto a sus dos hijas: Aldana, de 8 y Bianca, de 3. Eso también se repetía: había miles y miles de “primerizos” que aprovecharon la convocatoria gratuita para ver -o intentar ver, o al menos, escuchar- a la ídola de sus hijas. OTROS GESTOS La organización de este recital no fue el primer gesto de simpatía del Gobierno de la Ciudad hacia la estrella de Disney: el 16 de marzo pasado la había declarado “Embajadora Cultural” de la ciudad de Buenos Aires, un cargo honorífico en el que sucedió nada más y nada menos que al mítico Charly García. La realización de la Primera Juntada Tinista requirió el corte total del tránsito en la Avenida del Libertador entre Godoy Cruz y la venida Sarmiento; y de ésta entre Santa Fe y Figueroa Alcorta, lo que generó algunas quejas de los vecinos y transeúntes.
Desperdigados a lo largo y ancho del predio, los puestos de venta de merchandising tuvieron una oferta amplia: hubo posters, vinchas y banderas, entre 10 y 50 pesos, pero en los puestos oficiales, las remeras cotizaron 150 pesos y el libro “Simplemente Tini” se vendía a $160. JUNTO A AXEL El gran invitado de la tarde fue el cantante Axel, que entonó junto a Stoessel su tema “Celebra la vida”. Entre canción y canción, hubo tiempo para los mensajes ecológicos: desde las pantallas, los coprotagonistas de Violetta propusieron apagar las luces que no se usan y reciclar la basura. En tanto, en algún lugar de las rejas del Rosedal, perdido entre la multitud, había un gran mural de papel donde la gente pudo dejar sus mensajes sobre el cuidado del planeta. Una hora y media y dos cambios de vestuario después del comienzo del show, Martina comenzó a cerrar el recital con un cover de Imagine, de John Lennon. Cuando terminó el tema se tomó unos segundos para mirar al público. Lloró. Y después arrancó el último tema. Violetta se fue cantando “No voy a parar ni un segundo, mi destino es hoy”. A a su alrededor, no había nada que permitiera pensar lo contrario.
La abuela denunció el hecho a la Seccional 2da. de Avellaneda, que halló a la beba en la localidad bonaerense de Dock Sud, luego de que la pareja terminara confesando el hecho, informa Popular. 
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