Esta festividad llega a Estados Unidos con los inmigrantes irlandeses en 1840 y se popularizó a nivel mundial a través del cine en los 70.
Más que una fiesta, en Güemes Hallowen representa un culto al delito. Comerciantes de la zona centro denuncian que cada 31 de octubre son víctimas de aprietes de bandadas de niños y sus padres, quienes no sólo ingresan varias veces a los quioscos y negocios a exigir golosinas, sino que además roban los comercios cuando los encargados se oponen a los reiterados pedidos.
Comerciantes consultados contaron a El Tribuno que los chicos salen en grupos y no van a pedir golosinas a los vecinos, sino a los negocios.
“Este año voy a cerrar antes de las 19. Te saquean el negocio. Algunos vienen con sus mamás o papás y ellos son los que se enojan. No podés vender nada. Te piden varias veces, van y vuelven en un verdadero abuso”, expresó Lucy quién posee un maxiquiosco.
Ni el supermercado se salva. “Es muy difícil controlarlos. No podemos prohibirles la entrada. Les damos golosinas, pero a los primeros. Después es imposible porque se ponen violentos y si les decimos que no, especialmente los padres que los acompañan, intentan saquear la mercadería”, señaló una encargada del supermernado local.
“Halloween se relaciona con la banalidad”
Los 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, especialmente aquellos que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico.
Fue instaurado por el papa Gregorio IV (827-844) para desterrar las fiestas paganas, en especial la celta que hoy recuerda Halloween.
El 2, en tanto, se celebra el Día de los Fieles Difuntos, un sincretismo entre el catolicismo y las creencias de las comunidades originarias de América.
En el interior salteño es aún común ver a las familias asistir al cementerio para rezar por las almas de sus difuntos.
En las tumbas se colocan adornos, la comida favorita del fallecido y fotografías.
“Son fechas caracterizadas por una gran espiritualidad. Halloween, en cambio, está relacionado con la banalidad, con el consumismo y con la globalización. Es una fiesta que no tiene que ver con nuestra cultura”, destacó a El Tribuno el sociólogo salteño Alberto Noé.
Halloween o Noche de Brujas es de origen celta y se celebra en el mundo anglosajón la noche del 31 de octubre.
Los antiguos celtas creían que los espíritus podían ingresar a este mundo esa noche.
Los ancestros eran homenajeados, mientras que los espíritus dañinos, alejados con trajes y máscaras.
La llegada a EE.UU.
Esta festividad llega a Estados Unidos con los inmigrantes irlandeses en 1840 y se popularizó a nivel mundial a través del cine en los 70.
“No hay que copiar modelos ni reaccionar a ellos. Hay que superarlos. Hacer una síntesis. Están los zombies, los santos y ¿después? Está muy bueno que la gente se exprese con lo suyo y defienda su propia cultura, pero debe haber una opción que sea superadora de ambas, una tercera alternativa que las supere”, señaló Alberto Noé