KLAHOMA.- Ya no queda duda de que una bóveda puede ser el lugar más seguro del mundo. De esto dan fe 22 personas que salvaron sus vidas al encerrarse en una de ellas minutos antes de que les pasara el gigantesco tornado por Oklahoma City esta semana.
En la sucursal del banco Tinker Federal Credit Union (TFCU) de Moore, el suburbio que más sufrió el desastre el lunes, no quedó una pared de pie.
Sólo la caja fuerte -y dentro- el tesoro más preciado, la vida de los empleados y clientes que allí se resguardaron del fenómeno natural con vientos de más de 300 km/h.
Las imágenes después del paso del tornado sólo muestran desolación y desorden. Pero de repente, en algunas fotos que fueron compartidas por los protagonistas de esta historia en Facebook y Twitter, se ven personas que salen ilesas de una pequeña caja con puerta de acero y paredes de concreto.
La bóveda, sin duda un poco averiada, parece surgir de entre los escombros de sillas, mesas y paredes destrozadas.
Según le dijo Dena Clark a ABC News, ella no debía estar en el banco en el momento en el que el tornado pasó por allí, pero como vive en Oklahoma y estos fenómenos son tan frecuentes, subestimó su poder y decidió entrar a la sucursal para hacer sus diligencias.
Dentro del banco había 14 empleados y ocho clientes, incluyendo a un niño de 10 años y varias personas mayores.
Según Clark, cuando pasó el tornado por el banco se sentía cómo las cosas golpeaban la bóveda, mientras el gerente del banco trataba de mantener la puerta cerrada a través del cinturón de alguien que entrelazaron a la manija de la puerta desde afuera, y que en algún momento se soltó.
"Uno lo ve en las películas. Sólo tengo en mi mente la imagen de la puerta de la bóveda lejos de nosotros, sin saber lo que iba a suceder".
Cuando pasó la tormenta sintieron un olor a gas que los asustó y empezaron a llamar al 911 y a gritar por auxilio.
Alguna gente que pasó ayudó a remover los escombros para poder sacarlos del lugar.
"Lograr salir de la caja fuerte fue simplemente una sensación de alivio, la gente lloraba histérica e hiperventilaban", dijo Clark.
"Sé que fue un milagro, no quedaba nada del banco". (Especial )