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J.V GONZALES: Intoxicados en la cena de egresados de la Normal

La fiesta de fin de curso, preparada para unas 500 personas, tuvo un final inesperado para todos los comensales.


Los padres de los alumnos de la Escuela Normal Nº 5.098, turno mañana, de la localidad de Joquín V. González, contrataron a la empresa “Lo de Juan” para el catering de la cena de egresados y los 500 comensales que asistieron a la fiesta de fin de ciclo se consideran estafados por el mal servicio brindado.


La cena que se frustró el sábado en las instalaciones del edificio educativo tuvo un devenir poco feliz, después de haber transcurrido varias horas de espera y, ante la ausencia de los mozos que debían hacer el trabajo, los familiares de los alumnos se dispusieron a servir los platos de comida que habían quedado abandonados en la cocina. 


“Fueron los mismos mozos los que nos avisaron que la comida estaba en mal estado, pero ya se habían repartido cerca de 50 platos, de un total de 500 que se debían disponer en las mesas. Los mozos se negaron a servir porque advertían que la comida estaba en mal estado y ya les habían avisado a los encargados del catering”, relató Tomás Martínez, padre de uno de los egresados.


De los 50 platos que se alcanzaron a servir fueron consumidos aproximadamente 10, estas personas debieron ser atendidas en un sanatorio.


Ante este problema, los padres solicitaron la presencia en el lugar de personal del departamento de Bromatología de la comuna para que tome muestras de los alimentos y labre el acta respectiva. 
El domingo, los inspectores no sólo corroboraron el mal estado de la comida, sino que recomendaron la asistencia médica inmediata de las personas que la habían consumido.


Sin explicación


Los padres comentaron que los responsables del catering, Eduardo Daniel Romero y Carolina Benancio, no quisieron dar ninguna explicación y que sólo se refirieron a los comensales con palabras despectivas y les asignaban mal gusto por negarse a comer una comida para “paladares exigentes”. Ante esta situación, los damnificados delegaron en Juan Carlos Cabral, padre de un alumno, la representación para hacer la denuncia.


“Nosotros queríamos solucionar de alguna manera el mal momento que pasamos en un día tan especial para nuestros hijos, pero la empresa hizo oídos sordos a nuestro reclamo.


Sabemos que esta gente tiene pendiente otros servicios y eso nos motiva a hacer la denuncia; no nos gustaría que a otras personas le pase lo mismo porque no advertimos el peligro”, reflexionó Tomás Martínez.

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