River tuvo su revancha contra Boca en los mano a mano internacionales: le ganó 1-0 con gol de Pisculichi y es finalista de la Sudamericana. Barovero fue clave tapándole un penal en el arranque a Gigliotti, que estuvo seco. El Millo, invicto este año en los Súper, enfrenta a Atlético Nacional de Medellín.
Y goza,goza River. Porque se sacó la espina contra Boca en los mano a manointernacionales, porque revivió en un momento difícil, porque peleó como un leónpara noquear al rival de toda su vida. Y más que el fútbol de otros díasnacientes del ciclo, le puso huevo a esta semi chiva, por la que tuvo quedescuidar el torneo local. Y supo superar lo que fue EL momento de la serie, unpenal en contra a los 17 segundos, cuando un 0-1 cambiaba totalmente elpanorama del superclásico: Gigliotti no tuvo la luz que otras veces Palermo yBarovero se vistió de salvador con su tapada. Desde el arranque, un guiño optimistapara el equipo de Gallardo.
ElMonumental explotó en esta semi, explotó de alegría después de 90 y pico deminutos de sufrir. De patadas al por mayor, de errores arbitrales y de unexquisito gol de Pisculichi, que vacunó con su zurda como lo había hecho algunavez en la Bombonera jugando para Argentinos. River fue ese gol, meter y meter.Y tratar de aprovechar los espacios en el segundo tiempo contra un Boca que fuecero efectivo con un Gigliotti seco: no supo aprovechar los espacios Teo,tampoco Sánchez (de muy buen partido) tuvo ese punch necesario necesario paranoquearlo antes de lo 96 minutos y menos Cavenaghi cuando entró en los últimosminutos.
Explotó elMonumental en el final por ese 1-0 tan sufrido, tan esperado desde hace años,con los jugadores cantando y saltando de alegría. Antes hubo más de 180 minutosdurísimos, con patadas y patadones en la idea y ahora, en Núñez, también juegobrusco y polémicas. Ponzio siguió de milagro en la cancha en el PT y Forlin lomismo en el segundo, a Delfino por momentos se le fue de las manos el partido,que había empezado con mano duro cobrando el penal a Meli. Se luchó más de loque se jugó, fue más huevo, huevo, huevo que juego, juego, juego.
Y así sesacó las ganas el Millo, así tuvo su venganza tan esperada en estaSudamericana. Bancando el cero en su arco, sudando en el descuento, rechazandotodo con alma y corazón. A Boca le sobraron ganas y le faltó eficacia enGigliotti (la única que metió, se la anularon mal por offside), también le faltóvolumen de juego, pero así y todo empujó, presionó y peleó hasta el final. Perohoy, invicto en el año en los Súper, ahora en la final de la Sudamericanacontra el Atlético Nacional de Medellín, el más grande es River Plei.
http://www.hoycorremos.com.ar/2014/09/42k-para-arriba.html
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