Debido a la creación de un sindicato en 2012, miles de reclusos pueden recibir salarios equivalentes el mínimo, vital y móvil por sus prestaciones laborales.
Desde su legalización en el año 2012, el Sindicato Unido de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (Sutpla), que agrupa a la mayoría de los detenidos en las cárceles federales del país, logró que los presos que realizan alguna actividad laboral cobren un sueldo equivalente al salario mínimo, vital y móvil, cuyo monto alcanza hasta los 4400 pesos.
Según un informe realizado por el matutino porteño Perfil, siete de cada diez internos en el Servicio Penitenciario Federal (SPF) obtienen salarios que alcanzan la citada cifra, lo cual le cuesta al Estado poco más de 30 millones de pesos. Al finalizar el año, el Gobierno nacional habrá erogado unos 372 millones de pesos en salarios para detenidos.
De los 10.322 internos que están alojados en el SPF, unos 7.300 forman parte de los programas laborales ofrecidos, aunque algunos no puedan ejercer oficios debido a que los cupos no logran cubrir la totalidad de los inscriptos.
El Sutpla forma parte de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), cuya conducción está en manos de Hugo Yasky, y tiene representantes gremiales en el Penal de Villa Devoto, los Complejos Penitenciarios I y IV de Ezeiza, la Unidad nº 4 de la cárcel de la ciudad pampeana de Santa Rosa y el Complejo II de Marcos Paz. Además cuenta con una filial en el penal de la ciudad rionegrina de Viedma.
Para poder cobrar el salario mínimo, los internos deben cumplir con 200 horas de trabajo semanal, es decir, trabajar unas seis horas por día. Esto es una mejora sustancial con respecto a seis años atrás, cuando lo ganado por prestaciones laborales era muchísimo menor y estaba disponible sólo cuando el preso recuperaba su libertad.
“Los que trabajan en contexto de encierro tienen los mismos derechos. Los dos pilares de la ley penal son el estudio y el trabajo. El trabajo es precario, en muchos casos casi esclavo. El objetivo es remitir a todo lo que pasa en el medio de trabajo libre, pero es difícil porque se necesita un cambio cultural”, explicó la abogada Mariana Chávez, representante legal de Sutpla.
Según fuentes penitenciarias, en el año 2008 trabajaban cuatro mil internos, menos de la mitad de la población total. En 2010 el número llegó a 5.300. Pero fue a partir de 2012 cuando se dio el salto más grande. De acuerdo a los voceros, el salario que perciben los presos es para todos: condenados y procesados.
La influencia de la organización La Cámpora”, que ganó espacio por su actividad en el Centro Universitario de Devoto (CUD) y de la mano del ex director del SPF Víctor Hortel fue clave en la conformación del sindicato.
“Para nosotros el gremio parte desde un lugar erróneo: no puede haber un sindicato que represente a los detenidos por su condición de privado de la libertad; ellos deberían estar garantizados por la actividad que realizan”, señalaron desde el SPF.