Fue segundos antes de que un taxista ebrio arrollara el rodado que quedó incrustado bajo el automóvil.
En la mañana de ayer un taxista en aparente estado de ebriedad arrolló la motocicleta donde se transportaban dos jóvenes residentes en el barrio Palermo I, quienes salvaron sus vidas descendiendo del rodado segundos antes que el Fiat Duna, de color rojo, afectado al servicio de taxis, le arrancara de las manos la motocicleta y la arrastrara por espacio de casi cien metros.
El conductor quiso huir, pero la motocicleta se había enganchado debajo del auto.
Un remisero le cruzó el auto y finalmente el conductor desistió del vano intento de fuga.
Las chicas, de 23 y 21 años, en estado en shock quedaron llorando sobre calle Vuelta de Obligado casi Zacarías Yanci, en villa Los Sauces, siendo sus gritos y desesperación escuchados por una oficial de la Policía que se hallaba en su domicilio.
Al salir, la mujer policía llamó a la comisaría de Santa Lucía porque el chofer quería abandonar el lugar. El conductor, intentó poner en duda la veracidad del estado policial de la mujer, que había salido vestida de civil, teniendo la misma que buscar su credencial e informarle que se hallaba legalmente detenido.
La motocicleta quedó totalmente destruida.
De todos los días
En horas de la tarde de ayer, familiares de la conductora de la motocicleta, Vanesa Noralí Rodríguez se acercaron a este medio para poner en conocimiento público las condiciones en las que los choferes de algunos taxis y remises realizan su tarea diaria, sin control patronal ni de las autoridades.
La hermana de la conductora relató: "Vanesa salió a las seis de la mañana para recibir a una amiga que llegaba desde Jujuy.
Se desplazó en una moto Gilera de color azul propiedad de nuestra familia.
En la terminal recibió a Noelia Laime y juntas emprendieron el regreso hacia nuestro barrio, Palermo I. Cuando estaban sobre calle Vuelta de Obligado vieron desde lejos venir de frente un auto zigzagueante. Se detuvieron bajaron de la moto cuando el taxi le pasó por encima al rodado que quedó incrustado debajo.
Arrastró la moto bajo una explosión de chispas y fuego.
La amiga de mi hermana corrió detrás del taxi a los alaridos, mientras ella, presa de los nervios lloraba desconsolada", relato a El Tribuno Sandra, hermana de la conductora.
"Trajimos fotos y los datos del taxi, porque los del conductor nos fueron negados hasta por la Policía. Queremos que nos paguen los daños, pero también que a los criminales no les den un auto para que conduzcan ebrios en la noche", finalizó.
Intentó sobornarla con $ 3.000
Familiares de las mujeres víctimas del taxista relataron a El Tribuno que luego que detuviera su marcha al no poder desprenderse de la moto incrustada bajo el chasis, el taxista les pidió por favor que no llamaran a la Policía, ofreciendo en el acto 3.000 pesos.
Cuando estaba en esa acción apareció un conductor que se identificó como Claudio Reynoso, de una remisera del oeste capitalino, quien fuera de sí le reclamó al conductor ebrio porque calles atrás casi lo impacta de frente.
Lo llamativo, dijeron los familiares, es que "el taxista tenía además del calamitoso estado de ebriedad, la luneta del auto destrozada y la cara llena de moretones, como si hubiera estado peleando en otro lugar", informaron.
Luego, la familia de Vanesa Rodríguez aseguró que los vehículos permanecieron sobre la calle hasta cerca del mediodía de ayer, cuando se realizaron las pericias.
