Campo Santo: La mañana fresca no impidió que cientos de fieles de Campo Santo y alrededores recorran el sinuoso camino hasta el Cerro de la Cruz.
Como cada Viernes Santo ya es una costumbre en aquella localidad guemense que recuerda la Pasión de Cristo en el Cerro de La Cruz.
Cada peregrino, movido por la fe, superó las dificultades que el clima y el camino imponían.
"Cuando uno tiene fe, se puede. Es complicado, pero se puede”, dijo una señora anciana en pleno ascenso.
El estado del terreno obligaba a tener cuidado. “Con precaución se puede subir, sino te vas al suelo”, dice risueño un señor.
Cada fiel con sus pedidos y agradecimientos para llevar a Cristo crucificado. “Vine a pedir por la paz, el trabajo, la familia. Que haya paz, se termine la violencia”, señaló un hombre sobre su peticiones en esta fecha.
Así, cada cual con sus pedidos, con sus limitaciones, subió un año más al Cerro de La Cruz, movido por la fe y la esperanza.
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