El asalto con el que tal vez tres jóvenes pensaban hacerse de una cantidad interesante de dinero terminó mal, tanto que casi le cuesta la vida a uno de ellos, un menor de edad.
Este curioso caso tuvo lugar en una carnicería del barrio Los Olivos, de la ciudad de General Güemes. Y como otros hechos delictivos reavivó el reclamo de los vecinos por más seguridad.
Según el relato de Juan Carlos Núñez, propietario de la carnicería La Vieja Esquina, una vecina le avisó en la madrugada del domingo, que había escuchado varios ruidos dentro de su negocio. "Estoy segura de que le están robando ahí adentro", le dijo la mujer.
La buena vecina no solo llamó al comerciante, sino que también dio aviso al Sistema de Emergencias 911 de General Güemes.
Su llamado hizo que el personal policial llegara antes que los dueños. Los efectivos vieron a dos jóvenes que estaban cerca de la carnicería en una actitud sospechosa por lo que los demoraron. Al requisarlos no les encontraron nada y los dejaron en libertad.
Núñez junto a sus familiares ingresaron al negocio para revisar el estado de las cosas y descubrieron que les habían sustraído 900 pesos de la caja, por lo que decidieron realizar la denuncia.
SUSTO Y HALLAZGO
Mientras ellos concurrían a la comisaría, un empleado se ofreció para quedarse toda la noche, ya que también notaron que las rejas de una ventana habían sido dobladas y deducían que por allí ingresó una persona de contextura pequeña.
Tras realizar la denuncia, regresaron a la carnicería y allí el empleado les dijo que no se quedaría a dormir. "Aquí asustan, se escuchan extraños ruidos y eso me está poniendo nervioso", les dijo.
Para la familia Núñez era una novedad y decidieron revisar el lugar. La sorpresa fue cuando abrieron una gran heladera frigorífica capaz de guardar varias medias reses. Allí, entre la carne, estaba escondido un menor temblando de frío casi sin poder balbucear palabras.
De inmediato volvieron a llamar a la Policía. El menor fue el responsable de la desaparición del dinero pero no lo tenía consigo, por lo que dedujeron que no había actuado solo, sino que lo hizo con los dos muchachos que esperaban afuera.
"No pudimos recuperar el dinero, el delincuente ya está en libertad y no podemos hacer nada", se lamentó el propietario de la carnicería.
"Todo podría haber terminado en una tragedia si el empleado no decidía quedarse a cuidar, porque cuando la policía se acercó al negocio, el delincuente que estaba en su interior se escondió en la heladera sin saber que no se puede abrir desde su interior, permaneció en silencio hasta que el frío comenzó a afectarlo ya que su ropa era de verano, luego comenzó a hacer ruidos para que le abrieran la puerta, algo que ocurrió después de un par de horas", dijo.
"Si permanecía ahí algunas horas más quizás no hubiera sobrevivido a la baja temperatura", sostuvo el carnicero.
FUENTE: EL TRIBUNO DE SALTA EDICION DIGITAL
FUENTE: EL TRIBUNO DE SALTA EDICION DIGITAL