La socióloga Laura Etcharren, autora del libro "Esperando las Maras", destacó que “el grueso del narcotráfico en Argentina (entre el 75% y el 80%) va por vía terrestre, el resto va por vía aérea y fluvial; (…) además, el 90% de la cocaína entra a través de Bolivia, tiene distintos puntos de ingreso como Salvador Mazza y Orán; y el Bermejo hoy se presenta como un río clave y de ahí la necesidad de construir un terraplén”, explicó la especialista.
Indicó, por otra parte, que “de cada 50 mil dólares que deja cada kilo de cocaína colocado en Europa, sólo 3.500 quedan en manos de los productores bolivianos, y 46.500 se reparten en un complejo circuito de postas que tiene el territorio argentino”.
“Estamos hablando de un mercado muy grueso, todo este dinero que ingresa de un mercado informal pasa a un mercado formal a través del lavado de dinero: hotelería, juego, fútbol y demás”, subrayó.
Etcharren señaló que el proceso del narcotráfico en Argentina viene desde los años 70. “En los 90, con la convertibilidad, el acceso a las drogas duras se volvió más factible y desde Centro América se empieza a hacer un testeo de cuáles eran los países de Latinoamérica más permeables a la penetración del narcotráfico, ya sea para expandir la guerra narco o para comenzar a copar territorio; y Argentina, dentro del triángulo embrionario sur (que integran también Uruguay y Chile), resultaba la más permeable sin ningún tipo de plan de prevención”, relató.
“En el año 2000 con la crisis socio económica y política hubo un fuerte quiebre del tejido social, que se va agudizando a través de la década. En el 2008 se generó un punto de inflexión que tuvo que ver con la efedrina, el triple crimen de General Rodríguez, y la necesidad de crear un mercado interno por parte de las bandas de narcotraficantes locales”, detalló.
Etcharren dijo que se creó un mercado interno de drogas sintéticas no dependientes del mercado internacional e incluso trascendiera las drogas sintéticas provenientes de los residuos de la cocaína. “A partir del 2010 el proceso es acelerado, el 2014 es el año de consagración del narcotráfico y el 2015 el de la consolidación de sus distintos brazos armados”, completó.
Destacó que sólo cuatro provincias (Salta, Buenos Aires, Córdoba y Chaco) adhirieron a la ley nacional 23.737, que permite que todas las provincias incluidas la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se sumen a la lucha contra el menudeo.
“La única provincia que tomó una medida concreta es Córdoba, reconoce el problema y crea una fuerza policial antionarcóticos”, subrayó, al tiempo que describió que “este modelo de policía, con un cuerpo de élite armado, que depende del Poder Judicial, finamente calculado en estrategia y prevención, no es una policía improvisada”.
Fuente: FM Capital