La estafa se difunde principalmente a través de grupos de WhatsApp
Cada vez que una persona gana, otras siete pierden y quedan a la espera de ascender a la máxima posición. La necesidad constante de nuevos ingresantes lleva a un colapso inexorable porque, en algún momento, se terminan las opciones y el sistema demanda interesados infinitos. Por ejemplo, si la mandala se reprodujera 10 veces, habría tan solo 10 ganadores y 70 perdedores.
"Hace mucho tiempo hay estafas de este tipo, pero antes no nos enterábamos porque se buscaban grupos selectos y se apostaba a la confidencialidad. Les pedían que no lo comentaran porque sino quedaban afuera. Ahora, con las redes sociales, es muy difícil sostener ese hermetismo", señaló Otálora.
La modalidad aterrizó en el país en Mendoza y apuntó, en primer lugar, a un target femenino. "Generalmente buscan a personas vulnerables y crédulas, con un nivel socioeconómico bajo. Por eso, en un principio el foco estaba puesto en mujeres que eran el sostén del hogar", sostuvo Otálora. Luego, se esparció y llegó a todos los estratos. Según el especialista, "siempre hay algún vivo y mucho desconocimiento detrás".
Pese a su apariencia lúdica, los esquemas financieros piramidales constituyen un delito. "Está prohibido en varios países del mundo y son fáciles de probar porque no tienen ningún respaldo físico. En primer lugar, es un delito tributario porque es un negocio que no está registrado y después está el fraude financiero", añadió.
El caso que conmovió a La Rioja
Una vecina de Chamical, una pequeña localidad en La Rioja, se hizo con $7 millones a partir de la estafa conocida como "la flor de la abundancia" o "telar", de acuerdo a la denuncia que publicó el portal local El Federal.
La estafa comenzó en agosto de 2015, cuando la acusada Julieta Magalí Ruiz, empezó a convocar a sus vecinos a que paguen $18 mil para ingresar a la organización. Luego les pedía que juntaran a otras ocho personas que quisieran poner ese monto y les daríaa $146 mil. Pero en una ciudad chica, la "avivada" tenía un límite. Y esta semana explotó.
El 8 de octubre tenían que cobrar 64 personas, pero pocos lograron hacerlo. El resto, enojados, fueron a buscar a la organizadora. Apenas lograron que los reciba su abogado, Matías Moyano, quien les hizo una insólita propuesta: "No se puede hacer nada, traigan más gente que quiera poner plata y esto se soluciona".