El Dr. Alberto Delgado (57) ejerce su profesión en la especialidad de ginecología en el Hospital Joaquín Castellanos y en su consultorio particular se desempeña como médico forense. Desde hace 17 años asiste en forma solidaria a familias residentes en zonas alejadas como Finca El Paraíso, Rodeo Grande, Peña Baya y Totoral, lugares de muy difícil acceso. Hay que atravesar peñas y ríos a lo largo de 33 km desde General Güemes para llegar hasta allí. Llegó al lugar por primera vez cuando tenía 40 años para atender a una mujer que atravesaba una complicada enfermedad. "Ese día me enamoré del lugar, la forma tranquila de vida de sus habitantes, sus hábitos, pero además pude ver el desamparado en materia de salud", recordó Delgado.
Una persona accidentada o enferma debe enfrentar afrontar un lento y penoso viaje de 15 a 30 km. "A caballo tenemos 15 hacia la Calderilla o 17 km hacia El Sauce o 30 Km a Güemes", contó el médico.
Pedirles que se realicen controles periódicos, era una utopía, por esa razón el médico decidió visitarlos en cada momento libre. "Viajaba en mi moto casi todos los fines de semana, además de realizar controles médicos llevaba lo que podía de comestibles y medicamentos".
Esta acción solidaria aún continúa, un poco más distanciada en el tiempo, pero en forma constante. "Una vez me caí del caballo y me lesioné la columna, tuve que caminar y llegué apenas, el dolor todavía persiste y ya me cuesta viajar en moto por esos lugares, pero lo sigo asiendo. Hay varias personas que me necesitan".
La cantidad de familias y habitantes ha variado mucho desde esa primera visita de Delgado. Hoy solo hay unas 15 familias que viven muy dispersas entre sí. La mayoría son personas mayores.
"El monte está desapareciendo, han arado más de 1.000 hectáreas, los dejaron sin sus principales recursos, los animales de la zona también desaparecieron, la vida se les hizo difícil", comentó el galeno .
Las familias son arrendatarias, no son los propietarios, deben pagar pastaje una vez al año. Por el desmonte el clima a cambiado mucho, el año pasado sufrieron por la sequía. "conozco la dolencia de cada uno habitante, algunos se fueron llevados por sus familiares a localidades vecinas, se los extraña porque para mí son como una familia, en especial a doña María Mamaní, tenía más de 90 años y perdió la vista. Una hija se la llevó creo que a la Caldera, me encantaría saber de ella, de cómo se encuentra", dijo el médico.
Finca El Paraíso tiene mucha historia y también leyendas. Tapados, cementerios de culturas nativas, caminos reales, casa antiguas, elementos usados por tribus originarias forman parte de un lugar que debería preservarse, pero que con los desmontes seguro se va a perder.
"Mientras mi cuerpo responda voy a seguir visitándolos, espero algún día poder hacer el viaje con un odontólogo y un enfermero, quisiera brindarles una atención mucho más completa, si alguien dispone de tiempo y quiere invertirlo acompañándome, será bien venido", concluyó Delgado.
Imagen gentileza Multivisión
