Este sábado y domingo, en los recitales de One Direction, los rostros de muchas “Directioners” estaban cubiertos de lágrimas, por culpa de los especuladores que fabrican y revenden entradas falsas.
A un precio mayor que el de boletería, ofertan en páginas de internet, en la ubicación que uno quiera llevar a sus hijos, devuelve la ilusión a los fans que no pudieron tener sus tickets en un principio, para tirar nuevamente a la basura las esperanzas de ver a sus ídolos.
El sábado por la tarde, y tras hacer varias horas la fila para el recital, una madre que compró cuatro entradas para acompañar a su hija y su sobrina, se encontró con el desconsuelo de las nenas cuando en la puerta de Vélez le decían que sus entradas eran falsas. La mujer, tras no conseguir boletos en la página de venta legal por internet, y por el constante pedido de su hija, recurrió a la reventa, y un nombre llamado “Nicolás” le concedía el deseo por $900, una entrada que salía $400. Incluso aseveró que le ofrecían cualquier ubicación posible, por lo que se estima que los precios llegaban a número exorbitantes. Sin preocuparse por el dinero, la joven, confesó que lo que más siente es ver a su niña acongojada. Contó que, extrañamente, la citaron en un local de comida y que los tickets era idéntico a uno real si uno no lo compara con otro legítimo. La mamá no quiso dar su nombre por el miedo que crea en las familias el actuar de estas bestias.
Otro caso irritante es el de un grupo de 50 nenas que viajaron con 10 madres y llenas de felicidad de ver a One Direction desde Salta, y al llegar al estadio les avisaron que sus tickets carecían de validez. Según un encargado de seguridad, una de cada tres entradas que recibían eran truchas, una cifra abrumadora.
También en las inmediaciones del estadio podían verse carteles que evadían la presencia policial para ofrecer boletos para el show.
En los recitales de One Direction, como en muchos otros que pasaron por nuestro país, como Justin Bieber y Jonas Brothers, donde la demanda supera por amplios cuerpos a la oferta, no faltan los estafadores que, entre el ferviente deseo de los niños y la necesidad de los padres de ver felices a sus hijos, no vacilan en sacar provecho sin escrúpulos.
Lejos de intentar culpar a los padres, quienes pueden ser cegados con promesas de veracidad solo con el afán de la alegría de sus criaturas, hay que poner un punto final a estos ladrones. Para evitar que este tipo de hechos siga sucediendo, se recomienda no comprar ningún tipo de entrada prometida fuera del marco legal, porque es la única manera de acabar con los delincuentes que aplastan las sonrisas de los niños e inundan de llanto el inocente anhelo que guardan.
Fuente: Diarioshow - El Tribuno